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The Gamine, la protagonista de una pesadilla expresionista del cine de terror
Dementia, rodada en 1953, fue prohibida por considerarse "inhumana, indecente y la quintaesencia de lo horripilante".
Por Alicia Cuevas Publicado en Cine 0 Comentarios 7 min lectura
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En 1953 John Parker rodó su única película: Dementia, una historia basada en un sueño que tuvo su secretaria, Adrienne Barrett. Ella misma protagonizó la cinta con el personaje “The Gamine”, en la que fue su única aparición en el cine.

Expresionismo, cine negro, terror… son varios los géneros asociados a este film, originalmente mudo, que fue prohibido antes de su estreno por la New York State Film Board (el órgano regulador de la censura en EE. UU. De 1921 a 1965). Las razones fueron que esta película era “inhumana, indecente y la quintaesencia de lo horripilante”. Dos años después, consiguió estrenarse con varios cambios: algunas escenas fueron eliminadas y se añadieron una voz en off y el subtítulo “Daughter of horror”. Esta última versión es la que podemos encontrar fácilmente en Youtube o en plataformas de cine.

«Tú, tú que estás ahí, sabes lo que es el terror. Arrogante, seguro, confiado porque estás cuerdo. ¿Sabes lo que es la locura o cómo se sufre? ¿Has visto la demencia? ¿O la maraña que conforman las mentes doblegadas? ¿Sabes que, en el mundo de los locos, se esconde una verdad más aterradora que la ficción? Una verdad… ¡espeluznante! Adéntrate conmigo en la tormentosa, embrujada noche de los locos. Este es mi mundo. Te mostraré el camino. Te mostraré la mente de una mujer que está loca. Puede que no reconozcas algunas cosas en este mundo. Y las caras te resultarán extrañas, pues en este lugar no cabe la ley ni la esperanza. En el inquietante mundo de las mentes dementes donde solo existen las pesadillas. Pesadillas de la hija del terror.»

Quizá ahora no nos atemoricen las palabras que dan comienzo a esta historia, pero sí nos pueden dar pie a pensar que estamos ante una película especial. ¿Por qué? Bueno, si ya es atípico que su director y la protagonista no hayan vuelto a participar jamás en un rodaje, podemos añadir que el concepto de adentrarse en la mente retorcida de una mujer asesina en el año 1953 es algo más que inusual. No se trata de una mujer a lo Bette Davis en Cautivos del deseo o Barbara Stanwyck en Perdición, sino de un personaje atormentado, frío, violento, pero aun así femenino. ¿Cómo sería esta película si el protagonista hubiese sido un hombre? Desde luego no tendría el mismo efecto.

«El pulso de los neones martilleándote el cerebro, atormentándote, persiguiéndote, obligándote a pensar. Obligándote a recordar tu culpa, tus miedos. Obligándote a regresar, regresar al terror del que intentas escapar. Regresar a través del tiempo, a la tumba donde están enterrados los secretos que escondes. Sí, estoy aquí. Soy el demonio que posee tu alma. Un segundo, voy hacia ti. Hay cosas que debo enseñarte. Cosas que temes ver. Acompáñame y te mostraré el diablo del que sales. Regresa conmigo a tu infancia. Déjame mostrarte a tu padre. Déjame mostrarte a tu madre.»

La protagonista no tiene nombre, nadie en la película lo tiene. Tampoco hay diálogos, solo una voz en off aparece en ciertos momentos del metraje como una voz de la conciencia. La magnífica banda sonora de George Antheil acompaña todas las escenas y pone el sonido a las emociones de los personajes. Frenética, sofocante, agitada, la música es tan protagonista como los actores. La acción transcurre en una noche, apenas unas horas. Una mujer despierta en un hotel y sale de su habitación con una navaja en la mano, es “The Gamine”.

Pero ¿quién es “The Gamine”? “Gamine” es una palabra francesa que, según Wikipedia, hace referencia a una joven delgada y elegante que es, o se percibe que es, traviesa, burlona o sexualmente atractiva. En esencia, podría ser la definición de la protagonista, pero con un trasfondo violento, siniestro y perturbado que se va desvelando a lo largo de los 55 minutos que dura la película. Desde el momento en que sale de la habitación de hotel y comienza a vagar por las calles de Los Ángeles, “The Gamine” es testigo de varias situaciones de violencia y maltrato a mujeres: la vecina que ha recibido una paliza de su marido, el borracho que trata de retenerla en la calle, el recuerdo del asesinato de su madre a manos de su padre… y, aunque al principio podamos pensar que ella es la típica heroína que trata de huir de los hombres que la persiguen, pronto nos damos cuenta de que esconde más misterios de los que aparenta.

«No puedes huir, no puedes esconderte. Si pudieras borrar la maldición de tu pasado culpable… Si pudieras ser otra antes de que sea tarde… Un salto hacia un mundo con los locos como tú.»

En casi todas las escenas hay un componente de atracción sexual y agresividad. Ella se comporta de forma extraña, está alerta, es víctima de su pasado y está condenada a repetirlo. Su actitud va desde el desprecio a los hombres a la sumisión, de la alegría al miedo, en unos pocos segundos. Sus recuerdos la atormentan, aunque también la dirigen hacia su destino. Los encuentros con otros personajes se representan como una pesadilla continua, unos sucesos surrealistas que tienen lugar en su mente y que la persiguen bajo la inquietante figura de su padre.

Esta película nos muestra varios estados psicológicos y emociones: locura, traumas familiares, violencia, atracción sexual, repugnancia, miedo… desde una perspectiva femenina, lo que no era nada habitual en el cine de terror de los años cincuenta. La mujer es vista como un objeto sexual, pero ella demuestra tener el poder de rechazar su papel y darle la vuelta, de manera violenta y fría. Dementia no es una película de miedo al uso, es incómoda, angustiosa y perturbadora, un ejemplo único de terror psicológico y de culto.

«Marcada, marcada para siempre, hija del terror.»

¿Por qué la recomendamos?

Porque es una película de terror psicológico que se adentra en la mente perturbada de una mujer asesina y trastornada, desde un punto de vista surrealista y experimental. Una película en blanco y negro perfecta para Halloween o para una sesión de cine terror poco habitual.

Algunas curiosidades sobre Dementia

George Antheil, el compositor de la banda sonora, fue amigo de Hedy Lamarr y juntos patentaron un sistema de comunicaciones en salto en frecuencia, un descubrimiento que ha servido de base para tecnologías posteriores, como bluetooth o wifi.

El grupo de jazz que actúa en el local al final de la película es Shorty Rogers and his Giants, interpretando “Morpo”. En los créditos aparecen como los intérpretes de “New concepts in modern sounds”.

Según IMDB, el famoso productor Aaron Spelling (sí, el de “Sensación de vivir”) hace un papel en la película, como cliente de uno de los clubs. No aparece en los créditos.

La película ha sido restaurada recientemente y hay una edición en Blu-ray disponible en inglés que incluye un pequeño texto de Preston Sturges: “[…] I enjoyed DEMENTIA. It stirred my blood, purged my libido. The circuit was completed. The work was a work of art […]”.

Si te gusta esta película…

…  No te pierdas El carnaval de las almas, un clásico del cine de terror rodado en 1962. Una mujer sufre un accidente de tráfico y su coche cae al río. En seguida nota que el mundo que le rodea ha cambiado y trata de encontrar la razón.

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